jueves, 25 de junio de 2015

TU DIRECCIÓN




Un día escribí tu dirección, como escondiendo las palabras, con la caligrafía de la imaginación, igual que escriben esos cretinos amanuenses con manguitos.
Después, el tiempo la borró de aquella agenda con vistas al recuerdo, y las hojas de hiedra crecieron hasta ocultar tu descolorida puerta.

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