Algunos usamos la palabra, esa palabra que es capaz de perseguir tu respiración, para recorrer tu piel a golpe de decibelio, para dibujar en la geografía de tu epidermis el mapa del escalofrío.
Algunos usamos la palabra, como llave para abrir la memoria y revisar los recovecos del recuerdo, en un viaje urgente a las arenas movedizas del pasado, o también, para trasladarnos a esa próxima estación, tan necesitada de información de nuevos destinos.
Algunos usamos la palabra para sobrevivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario