martes, 10 de diciembre de 2013

ESCRIBIR


Todos los objetos, todas las formas flotan...y se acumulan en la memoria.
La vegetación otoñece en la ventana del porvenir.
El origen se aleja, los nombres se fosilizan, uno empieza a perder la confianza en las sílabas...¡son tan poca cosa!
El oblicuo sol intenta  desafiar al día, y en ese preciso instante,  es siempre recomendable no estar sólo ante esa terrible costumbre de vivir.
...al final, el deambular de la pluma mal caligrafiando y ensuciando la hoja blanca, es un antídoto o placebo, y no tengo mas remedio que pedir perdón a las sílabas. 

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