SIÉNTATE
No te quedes inmóvil al borde del camino,
siéntate y tráete tus puestas de sol y tus amaneceres,
tus enigmas, tus despojos, y hasta tus sueños.
Yo te daré el azar y alguna que otra miseria,
lo que tantas veces hemos hablado,
aquello de detener el tiempo,
me va a ser imposible, ya sabes, no es cosa mía.
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