RETENER EL TIEMPO
No hay nada que pueda amarrar y retener al tiempo, ni las palabras, esas palabras que a veces se usan para confundir.
Incluso ahora, que todavía mis pies se mueven con rapidez, y que van dejando lejos el pasado, cuando camino carretera abajo, el tiempo siempre me adelanta, y me saluda con esa sonrisa maliciosa, la del corredor que sabe que va a ganar la carrera.
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